domingo, 2 de octubre de 2016

Westworld

hbo.com/westworld
-Estreno: 2 de octubre de 2016, HBO.
-Drama, 58 minutos, 1 temporada, 10 episodios.
-Segunda temporada en 2018.

-El 'Westworld' original fue una película de ciencia ficción escrita y dirigida por Michael Crichton (sí, el novelista de 'Parque Jurásico', entre otras). En ella se presentaba otro parque temático que se iba al carajo, en aquel caso consistente en una simulación de pueblo del salvaje oeste, poblada por robots de apariencia humana a los que podías pegar un tiro cuando te diera la gana, porque los llevaban al taller y ya está. Obviamente, alguno de ellos tenía un tornillo mal ajustado, o le fallaba la actualización de Windows, y acababa todo como en un OK Corral del futuro. Tres décadas más tarde se le da a la historia un remake a lo Nolan / HBO, con todas las ventajas e inconvenientes de ambos nombres: gran inventiva y bolsillos profundos por un lado, y por el otro vueltas de rosca que no acaban de salir bien y necesidad imperiosa y nerviosa de irse preparando para un mundo sin 'Juego de tronos'.

Uno de los primeros temas de importancia que se podrían discutir es el del mismo proyecto en sí, el de gastar una cantidad de recursos tan grande en una actividad que consista básicamente en matar, torturar o violar a alguien impunemente, y más visto desde el momento actual en que vivimos. En principio, no tendría por qué ser así: algo presentado como "dos semanas en el salvaje oeste" del siglo XIX no tendría por qué incluir sexo y violencia continua, pero, y posiblemente en gran parte debido al cine y lo que nos ha plantado en la cabeza, una de las primeras posibilidades que se le vendrían a uno a la mente no sería la de pelarte el culo conduciendo ganado durante un mes (como Billy Crystal en 'Cowboys de ciudad' ('City slickers'), por ejemplo), sino la de meterse en una buena balacera contra (por supuesto) los malos del guion, seguida por una buena juerga en el "saloon" con las chicas de los corpiños y los ligueros. Por un lado, esto no sería más que una partida de "paintball" a lo bestia, mezclada con visita al prostíbulo local, pero por otro, y dado el parecido indistinguible de los robots de este parque con seres humanos, estamos acercándonos a la delgada línea de la satisfacción de fantasías vandálicas sin ningún tipo de consecuencia. Cualquiera que haya sentido pena al deshacerse de un juguete, de un coche viejo o de una prenda favorita (por no hablar de un animal), atribuyéndoles sin querer características casi humanas por un momento, puede entender perfectamente la intensidad de sentimientos que aflorarían al "enfrentarse" a algo casi humano, en lugar de a recortables, imágenes de vídeo o humanoides claramente artificiales. Véase, por ejemplo, la escena del episodio piloto de la serie donde se ve lo que le pasa al "padre" de la granjera, que provoca una reacción en el espectador muy distinta a la de un simple juguete roto. De hecho, ¿en qué punto de su evolución pasaría un androide de ser una máquina nada más, por muy bien que esté enseñada a actuar como si sintiera, a ser un ser "sentiente" y por tanto, vivo? Y dado el desprecio que a menudo hay en este mundo por los seres vivos que ya contiene, ¿qué tipo de cosas resultaría aceptable hacer con ellos, vistas las cosas que ya hacemos en el mundo real, como el toreo, las violaciones en grupo o los millones de explotados en factorías de todo el mundo? Todo esto, además, no son elucubraciones de bloguero, sino que es exactamente por ahí por donde tira en muchas ocasiones la serie, en especial con el personaje de Ed Harris, un tío tan adicto a este parque que no sale de él, y que saborea sádicamente cada tiro que pega, cada vez que arrastra por los pelos a una gimoteante granjera rubia, o cada cabellera de silicona que arranca, mientras compara las reacciones de cada "anfitrión" actualizado (que así se los llama) con los de sus versiones anteriores. Su personaje, vestido de clásico malo malísimo, de negro de pies a cabeza, está convencido de que hay un "nivel más profundo" en este juego, al que él sí juega de verdad, mientras que los demás "recién llegados" (así se llama a los clientes) no pasan de ser meros turistas adocenados, y esa es su obsesión.

En esta versión de la historia no comenzamos al abrirse el parque, sino que este lleva ya 30 años funcionando sin problemas, lo cual significa, según la "líder de operaciones" del lugar, que ya les va tocando un incidente serio. Y evidentemente, sabemos que algo así va a ocurrir, porque si no, sería como ver a alguien jugar a un videojuego hiperrealista y nada más. Esto coloca a la serie en un futuro bastante lejano aún, del que por otra parte no sabemos nada, ya que toda la historia ocurre en el parque o en sus salas de operaciones y reparaciones, y no tenemos ningún conocimiento de qué pasa en el resto del mundo. La gente sigue yendo de corbata, traje chaqueta o bata blanca, pero nada más sabemos. Huelga decir que el diseño de producción es excelente y que los escenarios naturales rodados en Utah son maravillosos cuando toca explotarlos. Las escenas de acción, cuando tocan, aunque a veces parecen ser lo de menos entre las demás tramas de hondura ética tras las bambalinas, son trepidantes y de impacto. Los actores también brillan en sus papeles, desde el monstruo sagrado de Anthony Hopkins, un tanto desaprovechado como el anciano fundador del parque hasta la granjera Evan Rachel Wood, cuya actuación increíblemente llena de matices da extrema importancia a cualquier gesto suyo, en espera del momento en el que por ejemplo mate una mosca para simbolizar la adquisición de conciencia propia, pasando por Thandie Newton como la madam del saloon. Por su parte, los guiones no dejan de tener un cierto aspecto "meta" cuando los directores artísticos del parque debaten sobre la calidad de sus diálogos y de las situaciones pre-diseñadas que cual obra de teatro o campaña de rol representan cada día los robots, con sutiles variaciones cada vez. Algunas de esas conversaciones seguro que las han tenido los propios guionistas de la serie también.

A medida que fue progresando la serie, el interés en ella quedó casi acaparada por las teorías adivinatorias sobre lo que de verdad estaba pasando en la trama, como ocurrió mucho tiempo con 'Perdidos'. ¿Hay varias copias del mismo robot? ¿Todo lo que ocurre está sucediendo en el mismo momento temporal? ¿Hay personajes que parecen ser humanos pero son "anfitriones" en realidad, y viceversa? ¿Cuál es el objetivo real del parque? Esto hizo sufrir un poco el desarrollo de los personajes en favor de la sorpresa de la semana, pero en definitiva, 'Westworld' se convirtió en la serie cuya temporada de debut fue la más vista de la historia de HBO, por encima de 'Juego de tronos', y aunque no ha convencido a todos, los nervios por sus cifras de audiencia se disiparon pronto. La segunda temporada, sin embargo, no se verá hasta 2018.

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