viernes, 8 de agosto de 2014

The Knick

cinemax.com/the-knick/
-Estreno: 8 de agosto de 2014, Cinemax
-Drama, 55 minutos, 2 temporadas, 20 episodios.

-Dirigida por Steven Soderbergh, protagonizada por Clive Owen y ambientada en la Manhattan de 1900, esta es una serie con todos los elementos para ser de la cadena HBO, pero no, es de Cinemax, un canal a menudo apodado "Skinemax", dada la cantidad de piel desnuda que muestran muchas de sus series, que van desde la testosterona de sheriffs, mafiosos y militares hasta el porno blando directamente. En este caso no es así: es un "prestige drama" con todos los honores, una historia ambientada en un hospital de la época (The Knickerbocker Hospital, o The Knick, para los amigos), donde aún están a punto de instalar cables eléctricos, donde el médico estrella (John Thackery, interpretado por Owen) aspira a elevar la esperanza de vida media por encima de los 47 años de edad, y donde las apendicectomías son algo complicado y peligroso en lugar de lo rutinarias que resultan hoy. Como resume la frase de los pósters publicitarios, "la medicina moderna tenía que empezar en alguna parte", y este es el ambiente que se nos retrata. Las escenas médicas no se cortan (nunca mejor dicho) en mostrar llagas, heridas, sangre, tripas o bebés muertos, pero no está hecho de manera gratuita: estamos en un hospital de investigación recién salido del siglo XIX, y en cada caso es necesario saber de qué estamos hablando y cuál es el nuevo procedimiento que se va a ensayar. Aunque ya digo que no se llega al gore gratuito, lo cierto es que el ser humano es al fin y al cabo poco más que una bolsa de órganos y fluidos, cosa que se refleja en pantalla, así que estas partes ya dependen del aguante estomacal de cada uno.

Obviamente, no todo ocurre dentro del hospital. La Nueva York de 1900 era todo un mundo en sí misma, con racismo y sexismo galopante (un médico negro y una enfermera sufren las iras de Thackery nada más empezar), y el propio Thackery le da al opio, a la cocaína y a las prostitutas. Además, están los inevitables temas económicos, con lo que podemos añadir un clasismo igual de galopante, si no más: la atención médica no es igual en absoluto si se tiene dinero que si no, e incluso hay varios ejemplos de situaciones médicas con pacientes manejados como animales que es más barato descartar que tratar. Aunque los dueños del hospital son una familia de talante progresista, hay que buscar desesperadamente un equilibrio entre la atención sanitaria y la contabilidad, y eso influye en su funcionamiento.

En el apartado formal, la serie resulta muy visual, como se espera del sello Soderbergh, con unos blancos impolutos de los médicos y enfermeras contrastando con la negrura de los trajes de los "civiles" e incluso de los decorados, sin faltar chorros de rojo sangre. Algunos toques incluso rozan lo gótico (tardío) o lo steampunk, con los nuevos aparatejos e invenciones de científico loco. Y para acabar de redondearlo, está la banda sonora de Cliff Martínez, hecha completamente a base de anacrónicos sintetizadores estilo años 80 (pero del siglo XX), que una vez que te acostumbras le dan un tono a la vez retro y casi de ciencia ficción al asunto. Que es, por otra parte, como debían de sentirse aquellos pioneros. En suma, una serie con muy buena pinta, que fue renovada incluso antes de estrenarse. Otra más, en lo que está siendo un año con gran cantidad de buenos productos.

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