domingo, 29 de junio de 2014

The leftovers

http://www.hbo.com/#/the-leftovers/index.html
-Estreno: 29 de junio de 2014, HBO.
-Drama, 60 minutos, 2 temporadas, 20 episodios.
-Última temporada desde abril de 2017.

-Damon Lindelof fue uno de los creadores de 'Perdidos' y uno de los máximos responsables del auge, deriva y polémico final de la que es seguramente la serie no por cable más influyente e importante de los últimos tiempos. Tras pasarlas canutas en internet, sobre todo en Twitter, en medio de críticas, réplicas y contrarréplicas al respecto, volvía aquí con una serie, basada en la novela de Tom Perrotta, que plantea aún más incógnitas que la anterior, y esta vez seguramente sin perspectiva de resolverlas. Es más, es precisamente la falta de explicación lo que mueve a toda la serie.

Resulta que hace tres años ocurrió un acontecimiento tan misterioso como impactante: el 2% de la población mundial, o sea, unos ciento cuarenta millones de personas, simplemente desapareció de un segundo a otro. No es que murieran, ni que quedaran catatónicos ni que se convirtieran en zombis: simplemente desaparecen sin rastro. Para ilustrarlo, la primera escena de la serie abre con un bebé llorando sin parar en el asiento trasero del coche de su madre, mientras esta habla por teléfono sin mirarlo, hasta que de repente el niño se calla. Cuando la madre se vuelve a mirar la silla, el bebé no está. En ese mismo segundo, a varias otras personas a su alrededor les ha pasado igual, lo cual descarta un secuestro, y en la escena siguiente, tres años después, se nos explica cuánta gente desapareció a la vez en todo el mundo, sin que parezca haber ninguna conexión entre sus identidades, ni explicación satisfactoria. A partir de ahí, el impacto que ha sufrido el mundo entero ante ello se nos cuenta a través de Mapleton, un pueblo del estado de Nueva York donde viven varios afectados, incluyendo una mujer a la que le desapareció TODA su familia: la gente anda en general bastante cabizbaja, seria, y afectada, aunque de maneras diferentes, incluso aquellos a quienes no les tocó el evento de cerca, de la misma forma que llegó a pasar por ejemplo con el 11-S, solo que aún peor, porque esta vez son millones, en todo el mundo, y además porque no se sabe si van a volver mañana o nunca, o quién es el responsable de todo esto, ni qué objeto tiene algo así.

La población se divide generalmente entre los que se empeñan en olvidar y los que se empeñan en recordar, y en un mundo donde ni la ciencia ni la fe son capaces de explicar lo que ha ocurrido, ni si volverá a ocurrir, la gente se monta sus propios credos, debate en televisión, se refugia en sí misma o, al contrario, se dedica a agitar a los demás en diferentes direcciones, según sus neuras particulares. En el episodio de presentación hay hasta tres núcleos de reacción, el primero en torno a una especie de curandero capaz de quitar las penas a base de misteriosas sesiones de abrazos individuales, el segundo a través de un predicador cuentaverdades que se opone a que se convierta en héroes a los desaparecidos, insistiendo en que muchos de ellos (los que corresponden estadísticamente) eran bastante mala gente, y el tercero encarnado en un extravagante grupo de autoexiliados del mundanal ruido, que se visten con ropa blanca estilo sanatorio mental de 'Alguien voló sobre el nido del cuco', a la vez que renuncian a hablar, no paran de fumar y se dedican a trolear con extrañas pancartas las ceremonias de recuerdo a los desaparecidos. Los adolescentes, por su parte, se dedican a organizar fiestas nihilistas con mucho sexo y adrenalina pero poco disfrute alegre, usando el móvil para jugar a lo de la botella giratoria, solo que esta vez jugándose polvos, quemaduras o amagos de asfixia erótica. Por si todo esto fuera poco, el sheriff local parece tener sueños extraños y aparecen por ahí manadas de perros asilvestrados que parecen anunciar una vuelta a lo salvaje y una renuncia a una civilización que justo cuando ya parecía haberle cogido el truco al planeta y a la creación entera, ahora se encuentra con algo que no puede alcanzar a entender ni intelectual ni sentimentalmente. Y es que en una situación así, la tentación de romper la baraja y volver a la feliz ignorancia animal puede hacerse difícil de resistir.

La serie, pues, basa todo su peso en este acontecimiento y sobre todo en la sensación que provoca su falta de explicación, que ni está ni se la espera. Si en 'Perdidos' la espada de Damocles era el ser capaz de atar todos los múltiples cabos sueltos durante años en una convincente resolución final (cosa que además Lindelof y los suyos habían asegurado que harían antes de acabar la serie), aquí parece darse un corte de mangas a todo eso, convirtiendo la eterna inseguridad del ser humano en su premisa central, volviendo al "solo sé que no sé nada" y haciendo una única promesa: que nunca sabremos más. Para acabar de adobar el plato, están detalles de humor inesperado, como la identidad de varios personajes famosos que "se fueron" junto a otras personas anónimas (los ricos también lloran), o el perverso toque "lostiano" de que la fecha del suceso, el 14 de octubre, sea la misma que el día en el que Lindelof cerró su cuenta de Twitter, harto de osos polares, números de lotería y vidrieras multirreligiosas. También está el recurso a los flashbacks, pero aquí duran solamente dos o tres segundos, que a veces provocan más preguntas que respuestas. En fin, que todo esto puede resultar tremendamente interesante o extremadamente deprimente, y además el hecho de ser una producción de la HBO promete que se va a dar manga ancha creativa más allá de los límites de una cadena generalista en abierto. Esta serie o se ama o se odia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tras ver un par de capítulos, a mi personalmente me está gustando.
Plantea muchas opciones y de forma bastatante original sobre como se toman la tragedia los diferentes personajes, seguir adelante con normalidad, vivir como si nada importara, buscar consuelo desesperadamente en la fe, en los demás o perderse en la confusión.
Supongo que verla esperando una seríe de misterio, que con tanta comparación con Lost es muy probable, no llegue a complacer a los espectadores.
Edelmina

Rogorn dijo...

No, esa no la tenía controlada. Gracias.

Eli dijo...

Recomendable. Me gusta que no haya explicaciones para todo, y las vueltas de tuerca para los personajes (el episodio del reverendo es magnífico).